La prosa medieval. Don Juan Manuel.




LA PROSA MEDIEVAL:
DON JUAN MANUEL Y EL CONDE LUCANOR
TEXTOS
Los Exemplos
1.Lee detenidamente estos cuatro cuentos de Don Juan Manuel.
EXEMPLO X: Lo que sucedió a un hombre que por falta de otra cosa comía altramuces.
EXEMPLO XXXV: De lo que aconteció a una mujer que tenía muy mal carácter.
2.En esta página podrás leer más cuentos de El conde Lucanor.
ACTIVIDADES
Acerca de todos los cuentos
1.Los 51 cuentos (o exempla) que forman El conde Lucanor tienen una misma estructura narrativa y dos personajes comunes (el conde y Patronio, su consejero) que hacen de hilo de unión. A partir de la lectura de los cuatro cuentos, intenta extraer ese esquema constructivo que se repite.
2. El conde Lucanor es una obra didáctica; Don Juan Manuel quiso recoger en ella un conjunto de enseñanzas morales para formar a la nobleza. Para hacer “tragar la píldora instructiva”, DJM la endulza primero con un cuento. De las enseñanzas morales que se deducen de los cuatro ejemplos, elige la que te parece más útil para la vida y redacta un texto argumentativo en el que justifiques tu elección. Puedes añadir tus propios ejemplos, anécdotas o experiencias para apoyar tu elección. (150 palabras aproximadamente)
De dos en dos

Elige una de las siguientes parejas de cuentos y realiza las actividades que se proponen a continuación
BLOQUE 1: Doña Truhana y La mujer que tenía mal carácter
DOÑA TRUHANA
1. Lee las tres versiones con mucha atención y compáralas. ¿Qué parecidos o diferencias observas?
EXEMPLO XXXV: La mujer de mal carácter
1. Dime cuáles son los temas de este cuento y cuál crees que es el concepto del matrimonio y del papel de la mujer en la familia y en la sociedad para Don Juan Manuel.
2. El ejemplo que explica Patronio tiene dos finales y de cada uno de ellos se extrae una “lección”. Coméntalos y explícame las moralejas.
3. En este ejemplo, DJM logra crear una atmósfera de tensión. Intenta describir los recursos con los que la consigue.
4. El origen de este cuento es persa y Shakespeare hizo una versión célebre en La fierecilla domada. No ha sido el único. Lo de la “domesticación” de una mujer silvestre y con carácter, ¿no te suena a argumento conocido? (valen también películas)
BLOQUE 2: El hombre que comía altramuces y El rey y los pícaros
EXEMPLO X: El hombre que comía altramuces
1. Lee este fragmento de La vida es sueño de Calderón de la Barca y compara las dos versiones. ¿Para ilustrar el cuento, vale también el refrán "Mal de muchos, consuelo de tontos"? ¿O significa lo contrario?
EXEMPLO XXXII: El rey y los pícaros
0. Los pícaros son típicos de la cultura de muchas sociedades.  En muchos casos, los pícaros viven bajo circunstancias muy adversas, pero usan su inteligencia para mejorar sus vidas.  ¿Es posible justificar el engaño que practican los pícaros?
1. Como todos los timadores, los burladores del cuento tienen éxito porque se aprovechan de los defectos ajenos, o, en este caso de los prejuicios y leyes sociales. ¿Qué “pecados” y circunstancias sociales del rey moro y su corte permiten el engaño?
2. "O yo soy ciego o vos vais desnudo" ¿Por qué Don Juan Manuel le hace confesar la verdad a un “negro”?
3. Don Juan Manuel no inventa los cuentos, la mayor parte los obtiene de las colecciones de “exempla” que se ponen de moda en los siglos XIII y XIV para ofrecer educación moral al pueblo en su propia lengua. Estas colecciones provenían casi todas de la literatura clásica y de la oriental (árabe, hindú, persa...) y DJM las adapta a su intención literaria: dar consejos a los de su propia clase, la nobleza. El origen de este cuento es árabe y otros escritores lo reelaborarán: Cervantes en el entremés El retablo de las maravillas y Gracián en su Agudeza y arte de ingenio. Probablemente, no conoces estas versiones, pero quizá sí alguna otra más reciente. Si es así, dime de cuál se trata y, si hay alguna diferencia entre esa adaptación y la que acabas de leer, cuéntala.
CONTEXTO
Sobre el autor y la obra
1.Consulta el libro de texto y los siguientes enlaces:
AUTORCronología
Don Juan Manuel en la Wikipedia
Don Juan Manuel, su época y El conde Lucanor (Jesús Lizano)
OBRAOtros cuentos de Don Juan Manuel (Ciutat seva)
El conde Lucanor en la Wikipedia
MÁS ENLACES
Biografía de Juan Antonio Molero
Apuntes biográficos (ampliación)
Presentaciones sobre los cuentos (X) (VII) (XXXII)


texto para comentar en CLASE:

EXEMPLO XXIX
De lo que contesçio a un rraposo que se fizo el muerto.

Otra vez fablava el conde Lucanor con Patronio, su consejero, et dixole assi:

‑Patronio, un mi pariente bive en una tierra do non ha tanto poder que pueda 
estrannar quantas es­cátimas le fazen, et los que an poder en la tierra, querrían 
muy de grado que fiziesse él alguna cosa por que oviessen achaque para 
eer contra él. Et aquel mi pariente tiene que le es muy grave cosa de soffrir 
aquellas terrerias quel fazen, et querría aven­turarlo todo ante que soffrir tanto 
pesar de cada día. Et porque yo querría que él açertasse en lo mejor, rruégovos q
ue me digades en qué manera le conseje por que pasee lo mejor que pudiera en
 aquella tierra.
            ‑Sennor conde Lucanor ‑dixo Patronio‑, para que vos le podades consejar 
en esto, plazerme ya que sopiéssedes lo que contesçió a un rraposo que se fizo el muerto.
            El conde le preguntó cómmo fuera aquello.
    ‑Sennor conde ‑dixo Patronio‑, un rraposo en­tró una noche en un corral do 
avía gallinas. Et andando en rroydo con las gallinas, guando él cuydó que se 
podría yr, era ya de día et las gentes andavan todas por las calles. Et desque vio 
que non se podía escon­der, salió escondidamente a la calle et tendiósse assí 
commo si fuesse muerto. Quando las gentes lo vieron, cuydaron que era muer­to, et non 
cató ninguno por él.
Et a cabo de una pieça paseó por ý un omne et dixo que los cabellos de 
la fruente del rraposo eran buenos para poner en la fruente de los moços 
pequen­nos por que non los aoien. Et trasquilóle con unas ti­seras de los cabellos 
de la fruente del rraposo.
Después vino otro, et dixo eso mismo de los cabellos del lomo; et otro de las 
yjadas. Et tantos dixieron esto fasta que lo trasquilaron todo. Et por todo esto 
nunca se movió el rraposo, porque entendía que aque­llos cabellos non le fazian 
danno en los perder.
Después vino otro et dixo que la unna del polgar del rraposo que era buena 
para guarescer de los pa­narizos et sacógela. Et el rraposo non se movió. Et después 
vino otro que dixo que el diente del rraposo era bueno para el dolor de los dientes; 
et sacógelo. Et el rraposo non se movió.
Et después, a cabo de otra pieça, vino otro que dixo que el coraçon era bueno paral 
dolor del cora­çón, et metió mano a un cochiello para sacarle el co­raçón. Et el rraposo 
vio quel querían sacar el coraçon et que si gelo sacassen, non era cosa que se 
pudiesse cobrar, et que la vida era perdida, et tovo que era mejor de se 
aventurar a quequier quel pudiesse venir, que soffrir cosa por que se perdiesse
 todo. Et aven­turóse et punó en guarescer et escapó muy bien.
Et vos, sennor conde, consejad aquel vuestro pa­riente que si Dios le echó en 
tierra do non puede es­trannar lo quel fazen commo él querría o commo le cunplia,
 que en quanto las cosas quel fizieren fueren atales que se puedan soffrir sin 
grand danno et sin grand mengua, que dé a entender que se non siente delio et 
que les dé passada; ca en quanto da omne a entender que se non tiene por 
maltrecho de lo que contra él an fecho, non está tan avergonçado; mas de que 
da a entender que se tiene por maltrecho de lo que ha rresçebido, si dende 
adelante no faze lo que deve por non fincar menguado, non está tan bien 
com­mo ante. Et por ende, a las cosas passaderas, pues non se pueden 
estrannar commo deven, es mejor de les dar passada; mas si llegare 
el fecho a alguna cosa que sea grand danno et gran mengua, estonçe 
que se aventure et non lo sufra, ca mejor es la pérdida o la muerte, defendiendo 
omne su derecho et su onra et su estado, que bevir passando en estas cosas mal 
et dessonrradamente.

El conde tovo éste por buen consejo. Et don Johan fízolo escrevir en este libro, et fizo 
estos versos que dizen assí:

Sufre las cosas en quanto devieres,
estranna las otras en quanto pudieres.

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