Textos expositivos argumentativos


Recogemos el artículo  publicado el domingo, 2 de abril de 2000, en la columna de opinión del Semanal.


Clientes y clientas, de Arturo Pérez Reverte

EI otro día me saltó a la cara un titular de prensa que me hizo rechinar los dientes, hasta el punto de que todavía tengo flojo algún empaste: Prueba la inocencia de su clienta. Al principió pensé escribir algo descojonándome, pasando mucho del qué dirían las erizas, o la hija feminista del notario de Pamplona ‑cada uno lleva su cruz, colega‑, o el redactor anónimo del libro de estilo que impone tanta soplapollez en la que casi nadie cree de verdad, pero que todo cristo, por aquello del qué dirán, practica fervoroso. Pero la carne es débil, y por muy chuleta que madrugue algunos días, y por mucho que mi vecino el rey de la isla de Redonda ‑antes perro inglés‑ me haya honrado con la amistosa distinción de duke of Corso, reforzando de modo considerable mi autoestima, hay cosas a las que ni el mismísimo fencing mester de S. M. R. se atreve. Así que vale, me rindo, lo confieso. Trago. Desde ahora voy a hacer un esfuerzo para normalizar mi escritura, adaptándola a los usos sociales de esta sociedad empeñada en reiterar que las mujeres existen, y que el uso del género neutro no es só­lo tendencioso y machista, sino que supone un ninguneo de la mujer. Me sumo así a nuestra eficaz Academia Española, siempre dispuesta a consagrar, primero con su silencio y luego con su dic­cionario, cualquier desafuero consumado. In­cluso estoy dispuesto a ir más lejos. Lamento no haberlo hecho antes, proporcionando recursos extras a los ciudadanos y ciudadanas y a los com­pañeros y compañeras, que los políticos han ma­nejado durante la recién concluida campaña elec­toral. Pero no lo hice antes por no pringarme, re­cordando aquello que decía Franco: «Haga como yo. No se meta en política».
Así que, en el futuro, seré consecuente con las modas y los tiempos. Incluso pasaré por alto el he­cho de que la mayor parte de las mujeres inteli­gentes que conozco, cuando preguntas si pre­fieren que las llamen abogada o abogado, o jefa o jefe, dicen que te dejes de gilipolleces y las llames como esos títulos se han llamado siempre, porque justamente la discriminación consiste en marcar la diferencia de sexos, y no al contrario, y el género neutro no es masculino ni femenino, sino que con frecuencia engloba uno y otro, y se inventó precisamente para algo. Y que cada vez que oyen, por ejemplo, a un político dirigirse a los ciudada­nos añadiendo como innecesaria coletilla y ciu­dadanas, sienten que les da urticaria, porque esa moda de lo socialmente correcto suele ser practicada con farisaico entusiasmo precisamente por aquellos varones demagogos que piensan que ya han cumplido con eso de la puntita nada más, y que después de decir españoles y es­pañolas en un discurso ya han cumplido con las cuotas. Olvidando, se pongan como se pongan los radicales y los tontos ‑que a veces, pero no siem­pre, son sinónimos‑, que lo machista no es una len­gua, sino el uso que se hace de ella.

Pero en fin. Pese a todo eso, les decía, procuraré que el género neutro, pese a que ha funcionado tranquilamente toda la puta vida, quede abolido a partir de ahora de mi panoplia expresiva. En el fu­turo, cualquier neutro usual al que recurra, irá acompañado, para evitar confusiones, de su co­rrespondiente femenino ‑o tal vez deba decir de su correspondiente femenina‑. Escribiré así, en ade­lante, jóvenes y jóvenas, responsables y respon­sablas, votantes y votantas, enriqueciendo y nor­malizando la lengua española con perlas ‑la de jue­za me parece hasta ahora la más refinada del elenco‑ como tenienta, sargenta, caba, cantanta, imbécila. Mi única duda es si al escribir jóvenes, responsables y votantes no estaré incurriendo precisamente en el extremo opuesto, desdeñando la personalidad masculina de los antedichos: y tal vez fuera mejor, en ese caso, que escribiese jó­venos, responsablos y votantos. Así cada cual tendría lo suyo, y no habría dudas al res­pecto: electricisto, dentisto, ebanisto, ci­clisto, cliento, gilipollo. Pero, llegados a ese ex­tremo, la cosa iba a complicarse, porque hay un tercer sexo: los homosexuales existen y tienen sus derechos. ¿Cómo dejarlos fuera? Además, unos ho­mosexuales asumen peculiaridades de un tipo, y otros de otro. Los hay que prefieren llamarse Maripepa y los hay que prefieren llamarse Paco. Y las hay. En su caso habría que matizar. Así que lo ideal, llevando la cosa hasta sus últimas y honradas consecuencias, sería decir, por ejemplo: «Queridos, queridas y querides compañeros, compañeras y compañeres, heterosexuales y homosexuales, clé­rigos, seglares y pensionistas de la tercera edad: go­bernamos gracias al apoyo de los votantos, vo­tantas y votantes españoles, españolos y espa­ñolas, que son responsablos, responsablas y responsables de que los ciudadanos, ciudadanes y ciudadanas puedan encarar el futuro, etcétera». Se­rá un poco farragoso y gastaremos más saliva y tin­ta, pero todo el mundo estará contento. Creo.

Enlace original: Artículos de Arturo Pérez-Reverte: Clientes y clientas http://arturoperez-reverte.blogspot.com/2010/09/clientes-y-clientas.html?spref=tw

Otro artículo sobre la Ortografía

Limpia, fija y da esplendor


Acabo de recibir un e-mail de Pepe Perona, el maestro de Gramática, reproduciendo otro que le ha enviado no se sabe quién. Desconocemos el nombre del autor original; así que, en esta versión postmoderna del manuscrito encontrado, me limito a seguir el juego iniciado por mano genial y anónima. El maravilloso texto se refiere a una supuesta reforma ortográfica que va a aplicar la real Academia, a fin de hacer más asequible el español como lengua universal de los hispanohablantes y de las soberanías soberanistas. Y lo reproduzco con escasas modificaciones.

Según el plan de los señores académicos —expertos en lanzada a moro muerto— la reforma se llevará a cabo empezando por la supresión de las diferencias entre c, q y k. Komo komienzo todo sonido parecido al de la k será asumido por esta letra. En adelante se eskribirá kasa, keso, Kijote. También se simplifikará el sonido de la c y la z para igualarnos a nuestros hermanos hispanoamerikanos: "El sapato ke kalsa Sesilia es asul". Y desapareserá la doble c, reemplazándola la x: "Mi koche tuvo un axidente". Grasias a esta modifikasión los españoles no tendrán ventajas ortográfikas frente a los hermanos hispanoparlantes por su estraña pronunsiasión de siertas letras.

Se funde la b kon la v, ya ke no existe diferensia entre el sonido de la b larga y la v chikita. Por lo kual desapareserá la v y beremos kómo obbiamente basta con la b para ke bibamos felises y kontentos. Lo mismo pasará kon la elle y la ye. Todo se eskribirá kon y: "Yébame de biaje a Sebiya, donde la yubia es una marabiya". Esta integrasión probocará agradesimiento general de kienes hablan kasteyano, desde Balensia hasta Bolibia.

La hache, kuya presensia es fantasma en nuestra lengua, kedará suprimida por kompleto: así, ablaremos de abichuelas o alkool. Se akabarán esas komplikadas y umiyantes distinsiones entre echo y hecho, y no tendremos ke rompernos la kabesa pensando kómo se eskribe sanaoria. Así ya no abrá ke desperdisiar más oras de estudio en semejante kuestión ke nos tenía artos.

Para mayor konsistensia, todo sonido de erre se eskribirá kon doble r: "El rrufián de Rroberto me rregaló una rradio". Asimismo, para ebitar otros problemas ortográfikos se fusionan la g y la j, para que así jitano se escriba como jirafa y jeranio como jefe. Ahora todo ba con jota de cojer. Por ejemplo: "El jeneral corrijió los correajes". No ay duda de ke estas sensiyas modifikaciones arán ke ablemos y eskribamos todos kon jenial rregularidad y más rrápido ritmo.

Orrible kalamidad del kasteyano, jeneralmente, son las tildes o asentos. Esta sankadiya kotidiana desaparese con la rreforma; aremos komo el ingles ke a triunfado unibersalmente sin tildes. Kedaran ellas kanseladas en el akto, y abran de ser el sentido komun y la intelijensia kayejera los ke digan a ke se rrefiere kada bokablo: "Obserba komo komo la paeya".

Las konsonantes st, ps, bs o pt juntas kedaran komo simples t o s, kon el fin de aprosimarnos a la pronunsiasion de ispanoamerikanos y para mejorar ete etado konfuso de la lengua. Tambien seran proibidas siertas asurdas konsonantes finales ke inkomodan y poko ayudan al siudadano: "¿Ke ora da tu rrelo?", "As un ueco en la pare", y "Erneto jetiona lo ahorro de Aguti". Por supueto, entre ellas se suprimiran las eses de los plurales: "La mujere y lo ombre tienen la mima atitude y fakultade inteletuale". Yegamo trite e inebitablemente a la eliminasion de la d del partisipio pasao y kanselasion de lo artikulo, impueta por el uso: "E bebio te erbio y con eso me abio". Kabibajo asetaremo eta kotumbre bulgar, ya ke el pueblo yano manda, kedando surpimia esa de interbokalika ke la jente no pronunsia.

Adema, y konsiderando ke el latin no tenia artikulo y nosotro no debemo imbentar kosa que Birjilio, Tasito y lo otro autore latino rrechasaban, kateyano karesera de artikulo. Sera poco enrredao en prinsipio, y abalaremo komo fubolita yugolabo en ikatola, pero depue todo etranjero beran ke tarea de aprender nuebo idioma rresulta ma fasile. Profesore terminaran benerando akademiko de la lengua epañola ke an desidio aser rreforma klabe para ke nasione ispanoablante gosemo berdaderamente del idioma de Servante y Kebedo.

Eso si: nunka asetaremo ke potensia etranjera token kabeyo de letra eñe. Ata ai podiamo yega. Eñe rrepresenta balore ma elebado de tradision ipanika y primero kaeremo mueto ante ke asetar bejasione a simbolo ke a sio y e korason bibifikante de lengua epañola unibersa.


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